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Esta semana hace treinta y un años que el Presidente H.W. Bush promulgó la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA). Hoy en día, las disposiciones incorporadas a la ADA son más accesibles que nunca en la historia gracias a los avances en la tecnología de apoyo (TA), a la naturaleza cada vez más ubicua de la TA en los dispositivos comunes y a la creciente concienciación sobre el poder de la tecnología para potenciar vidas.

La ley ADA, promulgada el 26 de julio de 1990, es un hito legislativo que convierte la accesibilidad en un derecho civil y garantiza a todas las personas con discapacidad la igualdad de acceso a bienes y servicios, alojamientos públicos, empleo, transporte y otros ámbitos de la vida pública. 

En el marco del Título I de la ADA, los avances en tecnología de asistencia de las tres últimas décadas han hecho aún más ventajoso para los empresarios contratar a personas con discapacidad. Los avances en el desarrollo de ordenadores portátiles y tabletas, en innovaciones informáticas de adaptación como la conversión de voz a texto y de texto a voz, así como una serie de otros dispositivos y sistemas, han hecho que las adaptaciones para personas con discapacidad sean más asequibles. Muchos empresarios siguen informando de que las adaptaciones que ofrecen a menudo no cuestan nada (como ensanchar los pasillos), vienen integradas en el sistema operativo de un ordenador o requieren un gasto único de $500 o menos. (Job Accommodation Network, JAN, encuesta).

En virtud del Título II, los servicios prestados a través de los gobiernos estatales y locales han mejorado enormemente la accesibilidad de los programas y la igualdad de acceso como resultado de los avances en las tecnologías de la información accesibles y las ayudas técnicas. Hoy en día, los requisitos para una comunicación eficaz con ayudas y servicios auxiliares pueden ser cualquier cosa, desde un sistema de audición asistida en un tribunal hasta un sistema en línea para el pago de impuestos sobre la propiedad que puedan utilizar los residentes ciegos. 

La tecnología asistencial contemplada en el Título III, Alojamientos Públicos, como las rampas que permiten a las personas con andador o silla de ruedas acceder a una tienda, un restaurante, un museo o la consulta de un médico, permiten a cualquier persona que desee adquirir bienes y servicios relacionados acceder en igualdad de condiciones y se celebran cada vez más como Diseño Universal (que da cabida a equipos médicos duraderos, pero también a cochecitos para padres y cuidadores de niños). Cada vez se entiende más que un buen acceso es un buen negocio.

En el Título IV, Telecomunicaciones, los avances en accesibilidad digital y de sitios web han progresado ampliamente y se sigue avanzando, aunque todavía queda mucho por hacer. Una amplia gama de tecnologías de apoyo son ahora estándar en nuestros teléfonos y otros dispositivos conectados que proporcionan un vínculo de comunicación directa entre todos, independientemente de su capacidad.

Los Programas Estatales y Territoriales de la Ley de Tecnología de Apoyo prevén que los avances tecnológicos seguirán favoreciendo una mayor igualdad en el empleo, las administraciones estatales y locales, los alojamientos públicos y las telecomunicaciones. En todos los ámbitos, los programas de la Ley de tecnología de apoyo ayudan a las personas con discapacidad, las familias, los empresarios, los educadores, los terapeutas y los proveedores de servicios a descubrir y explorar una amplia gama de opciones para que puedan elegir y decidir qué tecnología de apoyo les conviene.

Encuentre su programa de la Ley AT.